sábado, 27 de junio de 2009

aunque quizá sea más sencillo creerlo, nada es porque sí (ni porque Dios así lo quiso). cada uno de nosotros es una gran maraña de consecuencias.

al final, ¿quién está a salvo? nuestro gran salvador es el olvido, pero no por ello quedamos sin secuelas. irónicamente, sólo podemos deshacernos (en gran medida) de éstas vomitando a la señora amnesia y enfrentándonos a nuestros tan amados no-recuerdos.

ante tal situación, ¡por supuesto que no sé cómo no tener pena!

miércoles, 24 de junio de 2009

no sé cómo no tener pena