En mi primer año de universidad conocí a un muchacho de sonrisa ancha y ojos traviesos con quien hablé con entusiasmo de Linares, de donde venía. Muchacho activo, indignado con el mundo, se nos fue entre la violencia. En la pequeña ciudad que amaba, las causas de la violencia por las que también estuvo dando la cara en la calle. acabaron con él. Y ¿cuándo nos haremos cargo de esas causas? Ese rostro, esa energía en las marchas, esa pasión por el bulla, esa alegría, hoy se me hacen infinitas. Este mundito ya te echa de menos Matias Sanguinetti Jarabran.