Se convertirá entonces en una sonrisa infinita; el abrazo alegre y confuso, cargado de memoria perdida, pero cariño. Se convertirá en el sonido de mi bicicleta, en el color del otoño. Lo recordaré con la brisa -como si fuese él quien meciera mis cabellos y me impulsara a volar-, lo recordaré en las lluvias por las calles de Linares, lo recordaré cada vez que pruebe una sandía y más aún si lleva harina tostada, lo sentiré latente si algún día vuelvo a subir a su bicicleta, lo sentiré en las fotografías nuevas y añejas, y en las hojas tonos de arrebol... mientras mi memoria permanezca constante, mientras las huellas de sus acciones sean parte de mi piel. Siempre. Siempre. Siempre.
2 comentarios:
El mayor logro que puede alcanzar una existencia es el recuerdo.
Cuídate mucho.
Me encantó, me encantó
aunque no entendí no me formé una idea apróximada para quien iba dirigido, supongo que cuando no entiendo es cuando más me gustan los escritos :B
Saludos Feña, siempre es un agrado pasarse por acá (:
Saludos :3
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