jueves, 24 de febrero de 2011
no tengo ganas de comer
digamos que la alegría tiene ganas de bailar una danza que resulta extenuante a los espectadores, por lo que estos deciden darse vuelta y se dan vuelta con los ojos enrojecidos y un poco de ganas de llorar. es curioso que a veces cuando le damos la espalda a la alegría se siente como un golpe en el pecho y un poco de asfixia o un suspiro talvez. la alegría canta, pero su canto nos parece desafinado, ajeno, lejano y burdo. necesitamos descansar de la alegría así que por qué no dar un paseo con la tristeza, esa damisela de ojos azulvioleta y el pelo enmarañado. sentimos sus manos suaves y cómo sus uñas se nos clavan en la piel. por eso es difìcil desasirse de la tristeza, se nos aferra firmemente y su abrazo nos corta la respiración.
miércoles, 23 de febrero de 2011
a mi extraño favorito
coincidimos en esta vida como dos pasajeros que tomaron una misma micro. yo era la muchacha vestida de morado mirando a través del cristal quizá con algo de pena, ajena, absorta en quiensabequé. quizá fue un mal momento para que tomases esta micro. intercambiamos miradas curiosas, buscando talvez algo en el otro, pero nunca pasamos de eso, la frontera del ser dos desconocidos jugando a sentir cosquillitas. me hubiera gustado que llegases a sentarte a mi lado, pero tú preferías los espacios vacíos y a mí ese juego no me gusta y tampoco sé jugarlo.
ahora hablo en pasado, guapito. lo intenté, pero no llamaste y yo...
ya llegué a mi paradero.
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