viernes, 8 de agosto de 2014

y qué hago con esta pena. esta pena cochina, pegajosa, absurda, ridícula.
nadie la quiere. nadie la tolera.
qué hago con este llanto. quién lo va a consolar. quién tendría paciencia como para consolar esta pena tonta, de generación espontánea, de química mal equilibrada en el cerebro. esta pena sin origen, clavada como una espinita. no muy grande, ni muy terrible. pero constante, infinita.
esta pena no me mata
no me mata
no me mata
pero me deja sola
y eso, sí

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