llegué flotando en un río cuesta arriba.
era la piel de una ballena, o los huesos de una
que se iba achicando y achicando
hasta tener forma de niña.
yo nunca tuve forma de guagua.
aparecí en el mundo con el pelo largo y con chasquilla
y con el eco del agua resbalándome por los brazos y la espalda
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