quisiera que sintieras mi ausencia como yo siento la tuya.
qué tonta
qué tonta
qué tonta
qué tonta
qué tonta
qué tonta
qué tonta
qué tonta
qué tonta
1
- Cambié - dijiste.
Y yo no entendía
pero sí.
Tu corazón solía ser ancho.
Tanto, que no cabía entre los edificios.
Tenía que escaparse al bosque o las montañas
para desafixiar su latido.
Ahora tu corazón es estrecho.
Tanto, que no tiene la valentía de la palabra clara y sincera
para despedirse
mirando a los ojos.
No entendía.
Pero así funciona.
Es el corazón
cobarde
de un hombre.
11 de marzo
(...)
Cada día estoy más seguro que eres un planeta con una fuerza gravitatoria que atrae cosas cuando estas cerca mío.
Te abrazo a la distancia chinita linda y te envió dos besos, uno por hombro.
12 de marzo
(...)
“haber amanecido juntos
encima de mi frazada
como 2 panes con
mantequilla el sábado
a las 3 de la tarde”
Te quiero,
¡cuídate el pie para que puedas volver a ser una liebre!
PD: Ahora tengo tres besos. Uno en cada hombro y el que tengo guardado cerca de la clavícula desde que nos despedimos en mi casa (eso me hace feliz).
14 de marzo
y
aunque suene imposible
Caminar
Correr si quieres
ir al cine,
verte reír,
ducharnos juntos,
lo quiero todo
y sin descanso
19 de marzo
Estando tan sólo a horas de tomar la nave de regreso, ya me estoy despidiendo del planeta Córdoba y saludando al planeta Santiago de Chile. Pero sobre todo abrazo a la estación Vicente, la más cálida, alegre, inquieta y llena de árboles de la zona (es tan movible que dudo si es una estación o más bien es un satélite, un asteroide, un cometa o un planeta mismo)