23 de Septiembre de 2007
Su alma de niño sin coraza se ve ahora más intensa que nunca. Se siente desplomarse mientras se seca los ojos con las sábanas. Sé, ahora y siempre, que le temo, le temo a la infancia evaporada. Temo, del mismo modo en que se manifestaba mi terror aquel quince de junio... repitiendo y repitiendo palabras. Temo en silencio y con los ojos despiertos, por él, por ella.
1 comentario:
Me gustó la fomra en que está escrito.
Pero el resto...
Me gustaría inventar algún personaje ficticio capaz de calmar.
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