sábado, 20 de octubre de 2007

naturaleza activa

23 de Septiembre de 2007
Su alma de niño sin coraza se ve ahora más intensa que nunca. Se siente desplomarse mientras se seca los ojos con las sábanas. Sé, ahora y siempre, que le temo, le temo a la infancia evaporada. Temo, del mismo modo en que se manifestaba mi terror aquel quince de junio... repitiendo y repitiendo palabras. Temo en silencio y con los ojos despiertos, por él, por ella.

1 comentario:

Pablo dijo...

Me gustó la fomra en que está escrito.

Pero el resto...


Me gustaría inventar algún personaje ficticio capaz de calmar.