viernes, 20 de agosto de 2010

El espectáculo del deseo

"Porque los mensajes publicitarios no sólo dicen de los productos, sino que predican otras cosas. En el interior de los anuncios se elogian o condenan determinados estilos de vida, se fomentan o silencian, se convence a las personas de la utilidad social de ciertos hábitos y de ciertas conductas y se vende un oasis de ensueño, de euforia y de perfección con la intención de borrar de nuestra imaginación el aburrimiento de lo cotidiano para proclamar a diestra y siniestra el intenso (y efímero) placer de los objetos".

Carlos Lomas

(lo leí por ahí)

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