Llega a resultarme increíble lo impregnada que estoy de ti, y lo indisoluble que es tu imagen de mis pensamientos. Inevitablemente todo me recuerda a ti, desde la guitarra -incluso tú me enseñaste a tocar- hasta mi cepillo de dientes. Te veo sentado en mi cama tocando, parado en mi puerta, me siento en la silla del computador y ya siento tus manos en mis hombros. No sé si es que exista canción que no tenga alguna relación contigo. Porque juntos escuchabamos Led Zeppelin o de repente cantabamos a Spinetta. Yo pretendía cantar mientras tú tocabas guitarra pero siempre me criticabas -porque no me sabía la letra, o porque me equivocaba en el tono- o bien a veces tú empezabas a cantar y yo me entusiasmaba y me unía y parabas, sólo para molestarme. Pero sí, de repente cantabamos a Spinetta. A veces tocábamos Kashmir en cello. Me acordé que una vez nos quedamos hasta bien tarde en el colegio tocando "Un viejo comunista". Había que tocar una canción para Música, yo tocaba cello y tú guitarra, ambos cantábamos. Finalmente por algún motivo yo no pude estar presente y tú la tocaste y cantaste solo.
Voy al baño y me acuerdo que a veces esperabas afuera a que yo saliera para asustarme... y yo siempre saltaba. Miro hacia la ducha y me acuerdo de los comentarios que hacías a veces de que te habías puesto bálsamo, y que tu pelo, y blahblah. A veces nos abrazabamos frente al espejo y era tan bonito. Me gustaba que a veces me lavaras las manos jajajaj. Y el cepillo de dientes... Este año, íbamos caminando hacia el metro Los Leones -recién nos habíamos bajado de la 104- y pasamos a la farmacia a comprar cepillo de dientes, venían dos en un pack. Me lloraste para que me quedara con el fucsia, yo de pura maldad quería quedarme con el azul ajjaa. Corrimos hasta el metro, yo estaba nerviosa porque odio estar contra el tiempo. Destino: Metro U.L.A. Íbamos a ver una obra de teatro. Yo creo que el teatro te daba igual, pero me apañabas, igual tratabas de apoyarme como fuera. Vimos "El ataúd" y me dio gusto porque te reíste tanto!
Pero mi cepillo de dientes ya está viejo, y me da pena comprarme uno nuevo, y me da pena hablar en pasado.
Y me da tanta pena todo.
Evito pensar en que tus manos ya no formarán parte de mi cotidianeidad. Evito pensar que pucha que voy a extrañar tu piel, que voy a extrañar tu cuerpo delgaducho que me resultaba tan cómodo, tan cercano, tan... mío? No sé si alguna vez te conté que creo que me enamoré de ti por culpa de tus manos. A veces jugando tomabas las mías. Las mías que son feas, ásperas y rojas... mis manos que son como de vieja sentían las tuyas... tan suaves. Tus manos de loco.
Evito pensar en que quizás ya no volvamos a ser la rafa y el feña -es que son lo mismo, nos decían-, quizás ya no volvamos a ser nosotros,
sólo tú
y yo.
Two lost souls swimming in a fishbowl.
Y qué raro saber que te amo que te amo que te amo, pero sentir que ya no podemos estar juntos, que no debemos... que no quiero que estemos juntos porque no quiero que nuestro amor se enferme, mute y se amargue. Me guardo mi amor intacto, tierno... ¡no quiero que se deforme nunca!
No me gusta hablar como si esto fuera un final. Y no quiero. Pero no lo sé.
No sé.
No sé nada de la vida, Rafa... y tú?
(Soy una maldita)
No hay comentarios:
Publicar un comentario