sábado, 20 de julio de 2013

carta que espero que vuele a tu árbol

Alguna vez mi madre dijo que los seres humanos somos círculos cerrados. en aquella frase vi condensada toda mi soledad y toda mi frustración. aquella, una condición del ser humano, eclipsaba mis deseos más fuertes. arribé a la capital por porfía, aún en mi desesperanza algo en mí se rehusaba a creer en aquella condena, porque simplemente no podía vivir así. decidí estudiar teatro por necesidad. tenía que sacarme lo que llevaba dentro, tenía que poder gritar de desesperación alguna vez. llegué a estudiar teatro buscando libertad, buscando unión: yo deseaba, con todas mis fuerzas, romper ese círculo. para no estar tan sola, para no estar tan triste.
Hoy, recién hoy, caí en la cuenta, de que ese círculo está roto. Y aunque el teatro me ha ayudado mucho (como también me ha aporreado), no fue obra suya. 
Fuiste tú. 
Contigo me convertí en una agüita mansa que te recubre y te explora y que te deja nadar dentro mío. Contigo desapareció ese espacio rígido y ya no me siento sola, ni atrapada.Hoy no somos novios, pero mi corazoncito te pertenece. Hoy no somos novios, y aunque en este momento ambos tengamos que aprender a estar solos (incluso si eso implica que salga con algún otro)... a ti te amo, sólo a ti. Eres la persona con la que quiero compartir mi vida. Y aunque suene cursi, viniste a cambiarlo todo, viniste a cambiarme a mí y ayudarme a ser cada día un poco más libre.

No hay comentarios: