lunes, 22 de julio de 2013


Considerando las características físicas y psicológicas que más se repiten entre los especímenes de ambos sexos, se constituye una idea de mujer y de hombre. Pero esta idea, no es más que una generalidad, no es un ideal, una totalidad, ni una imagen de la perfección, sólo una generalidad. Nadie es capaz de calzar en un 100% con este molde, siempre existe alguna característica que escapa (¡qué aburrido sería si no!). Es por eso que existen los conceptos de femenino y masculino (de lo contrario simplemente se hablaría de hombre y de mujer), haciendo alusión a esta mujer y a este hombre concretamente inexistentes.
El gran error consiste en ser tan básico para creer que aquella es la naturaleza y así debiera ser un hombre o una mujer.
Hoy en día se han extrapolado estas características y ya no sabemos qué es primero, qué características nacen de una naturaleza y cuáles simplemente son una invención de la cultura. El huevo o la gallina. A alguien se le tiene que haberse ocurrido que el rosado era para niñas. Cuál será el impulso natural es algo que siempre me cuestiono. Pero de todos modos, ¿qué importa? Aún así, esa naturaleza, al tratar de explicármela, tendría que acotarla a una generalidad, siendo que lo hermoso precisamente de la vida es la diversidad. E insisto, ¿qué importa? Si vivimos en sociedad, si queremos jugar a la civilización, juguémoslo con todo.
Hace un tiempo, conversando respecto a los piropos que comúnmente recibimos en la calle desde que teníamos más o menos 11 años, respecto a cómo nuestra belleza es un asunto público, respecto a cómo un hombre se siente en el total derecho a opinar sobre tu culo y tus tetas, a mirarte lascivamente desnudándote con su imaginación (y esto hacerlo a una distancia que supera el límite establecido), "tenís buenas piernas, pero te cortaría la cabeza", "te partiría en dos", y una serie de frases dignas de un violador o asesino en serie; una profesora nos comentó que finalmente los hombres eran instintivos, era su naturaleza. Y nos quedamos calladas. Sí, puede ser. El perro sigue a la perra baboso, e insiste e insiste, a pesar de que ella no está ni ahí. Es verdad. Pero ¿no que supuestamente el ser humano se diferencia del resto de los animales por su capacidad de razonar? Realmente, si usted quiere vivir de su instinto, y acosar mujeres, váyase a vivir a las cavernas, váyase a cazar con sus propias manos los animales que va a comer, acepte que cada niño que nace con malformaciones o problemas morirá. En serio, váyase a vivir a las cavernas. Porque ya no vivimos así, porque ya formamos una civilización compleja, y creamos ideas, y creamos conceptos, y entendemos que nuestras libertades se terminan cuando empiezan los derechos del otro. Entonces, ¿por qué usted cree que porque es "su naturaleza" puede pasarme a llevar a mí? ¿decidir acerca de si soy bonita y no soy bonita? No, si vamos a jugar a la civilización, juguemoslo en serio, y no sólo cuando nos sea conveniente. Que el ser humano conecte con su naturaleza, suena bien, suena bonito, siempre y cuando no implique pasar por encima de otro.
Cuál es la causa de cada cosa no importa mucho, el tema es: esta es la situación, lo pasamos pésimo, qué hacemos. Punto.
Que cada quien pueda decidir su vida sin un prejuicio social de por medio. Y listo.

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